Realza tu belleza en la tercera edad: haz los cosméticos que siempre quisiste

Durante la juventud y la edad adulta toda mujer perfeccionista y conocedora de la industria cosmética tiene un problema: y es que siempre estamos insatisfechas porque el mercado no ofrece los productos que responden las necesidades de nuestra piel o a nuestro gusto personal.

Quienes me leen se preguntarán entonces, qué nos impide a las consumidoras exigentes dar la espalda a la oferta de las tiendas departamentales, farmacias y supermercados. La explicación es tan simple como honesta: las mujeres de hoy encontramos difícil hacernos un tiempo para preparar con el cuidado que querríamos una batería cosmética a la medida.

Primero son los estudios y el trabajo y en años posteriores todo eso sumado al compromiso de una familia y sus demandas, que nunca son pocas y nunca se acaban. Las mujeres no tenemos tiempo; lo inventamos, pero lo cierto es que llegará una etapa en la que podrémos permitirnos hacer todo lo que quisimos y cuya oportunidad se nos escapó. Entre esas cosas, fabricar nuestros propios cosméticos.

Y sí, estoy pensando en la tercera edad. Esto a propósito de que, aunque en ese tiempo conservemos algunas responsabilidades y compromisos familiares o que incluso apoyemos a nuestros hijos en el cuidado de los suyos, es más probable que dispongamos de unas cuantas horas extras en el día para dedicarlas a la belleza.

Dicho sea de paso, al llegar a esa edad nuestra piel cambiará y tendrá necesidades más específicas, para las que, con más razón, será difícil encontrar los productos idóneos. Para entonces, y quizá a ratos, desde ahora, una de las mejores maneras de disfrutar y aprovechar el tiempo libre es visitar la tienda de químicos más cercana, tomarse un curso de elaboración de jabones y cremas y comenzar a trabajar en productos que de verdad sean amables con nuestra piel, desprendan exactamente los aromas que preferimos para una u otra temporada y tengan nuestra forma y presentación favorita.

Créeme, una vez dominada la técnica, esta actividad es tan relajante que no podrás dejar de incluir en tu lista de compra artículos como glicerina, aceites esenciales, bases para jabón, purpurinas, colorantes y moldes.

Además, se trata de un pasatiempo que, de interesarte, podrías implementar como negocio, compartir con amigas o familiares o poner en práctica cuando desees halagar con un regalo hecho por ti. Inténtalo, pon a prueba tu creatividad y olvídate de esos días en los que no encontraste lo que buscabas en los grandes almacenes.

Similares
Publicar un comentario