Muerte súbita, prevención y tratamiento eficaz

Conocemos como muerte súbita a una repentina e inesperada falla en la actividad cardíaca de una persona que aparentemente se encontraba saludable, este paro cardíaco se ocasiona principalmente debido a una arritmia llamada fibrilación ventricular. La víctima de esta condición pierde el pulso, la capacidad de respirar y el conocimiento en pocos segundos, si no recibe atención inmediata, mediante los desfibriladores automáticos externos y Reanimación Cardio Pulmonar, fallecerá al cabo de unos cuantos minutos.

En muchas ocasiones los primeros auxilios son suficientes para mantener con vida al paciente mientras llega el servicio de emergencia; sin embargo la falta de un curso de RCP en el personal de muchos lugares públicos, donde suelen ocurrir accidentes de este tipo, se ha visto reflejada en las miles de muertes registradas a causa de la fibrilación ventricular y que se han quedado sin recibir ningún tipo de atención por la falta de conocimiento del personal.

Cuando una arritmia cardíaca se presenta el corazón deja de bombear sangre y oxígeno, la presión arterial cae y el cerebro y los órganos dejan de recibir oxígeno; de todos nuestros órganos el cerebro es el más vulnerable, si deja de recibir oxígeno por más de 5 minutos puede llegar a tener graves lesiones que dejen secuelas de por vida al paciente.

La fibrilación ventricular suele presentarse en personas de más de 35 años de edad, con corazones poco saludables a causa de enfermedades como la hipertensión, diabetes melitus, tabaquismo, alcoholismo, entre otras. Los signos de un paro cardíaco son muy evidentes: pérdida de conocimiento, desmayo, falta de respiración y respuesta a estímulos, piel de color azul violácea.

¿Cómo actuar ante uno de estos casos?

La desfibrilación es un tratamiento eficaz que consiste en administrar al corazón una descarga eléctrica controlada con un desfibrilador; los dispositivos más actuales realizan un análisis rápido del estado del corazón del paciente para determinar si realmente requiere una descarga eléctrica o no. El éxito de este tratamiento depende de la velocidad con la que se actúe; cada minuto que pasa una persona sin oxígeno, reduce un 10% sus probabilidades de recuperación.

En caso de enfrentarnos con una persona que colapsa a causa de un paro cardíaco, lo primero que debemos hacer es hablar al servicio de emergencia de la localidad y explicar que la persona dejó de respirar y no tiene pulso, posteriormente debemos hablarle para tratar de hacerle volver en sí, en caso de que no respire debemos darle respiración de boca a boca y comenzar con la maniobra de RCP, la cual debemos mantener hasta que la persona recupere el conocimiento o llegue la ambulancia.

En caso de contar con un desfibrilador a la mano hay que colocar los electrodos casi inmediatamente después de haber visto colapsar al paciente, al prender el aparato este analizará rápidamente el estado cardíaco del paciente e indicará en qué momento comenzar con el RCP y con la primera descarga eléctrica.

Salvar una vida está al alcance de nuestras manos si contamos con los conocimientos adecuados; nunca está de más seguir un estilo de vida saludable y hacernos análisis de control ocasionales.

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