Importancia de la rehabilitación física en la tercera edad

Uno de los temores más grandes de toda persona es perder la independencia y las habilidades motoras como consecuencia de un accidente o enfermedad, ya que todos queremos ser autónomos, realizar nuestras tareas y funciones corporales sin ayuda de nadie. Estos miedos incrementan con la edad, especialmente al pasar de los 65 años, cuando muchas personas comienzan a depender de sus seres queridos para que los cuiden y atiendan.

Algunos adultos mayores pierden las capacidades físicas y cognitivas después de haber sufrido un accidente o padecer una enfermedad; por ejemplo, las lesiones de rodilla pueden reducir considerablemente el movimiento y marcha del adulto mayor, e incluso llevarlo a la discapacidad ante los dolores derivados, y que pueden empeorar con el tiempo si no se brinda tratamiento oportuno.

De acuerdo con Angelica Fuentes, padecimientos como la demencia senil, artrosis, artritis, diabetes, hipertensión, entre otros, pueden llevar al adulto mayor a la discapacidad si no se atiende adecuadamente. Uno de los tratamientos más recomendados es la rehabilitación física, la cual es de gran ayuda para la plasticidad cerebral y prevención del deterioro neurológico y muscular, recuperar el movimiento, mejorar trastornos del sueño y postura, atenuar trastornos de la marcha, entre otros beneficios.

El sistema cardiovascular mejora con la terapia física al permitir que ingrese más oxígeno al cuerpo, además de activar al paciente con ejercicios graduales como caminar, nadar, correr, estiramientos musculares, entre otros. Además, al recuperar la capacidad para realizar actividad física y tener una vida sexual activa, se retrasa el deterioro del sistema muscular, nervioso y cognitivo.

Todos los adultos mayores pueden visitar un ortopedista en CDMX para saber qué tipo de fisioterapia les puede ayudar; existen terapias con calor-frío para disminuir la rigidez articular, los espasmos musculares, los edemas y trastornos musculares; con agua para recuperar el movimiento después de una lesión discapacitante en las piernas; electroestimulación para estimular al sistema músculo-esquelético cuando no se puede contraer sus músculos de forma voluntaria, como en las hemiplejías, paraplejías y lesiones de nervios periféricos, así como para recuperar el movimiento tras una fractura; ultrasonidos para mejorar los trastornos óseos y articulares.

Además de la rehabilitación, Alicia Teja Zuñiga indica que muchos adultos mayores pueden beneficiarse con la terapia ocupacional para la estimulación cognitiva y de los miembros superiores, con lo que pueden recuperar la motricidad fina, mejorar su memoria y habilidades intelectuales. La fonoaudiología también es recomendable para tratar los padecimientos auditivos, que pueden provocar trastornos del equilibrio, y la terapia del lenguaje les ayuda a recuperar las funciones del habla.

Por último, de acuerdo con Héctor Toledo Teja la terapia psicológica es otro aliado para combatir la depresión, padecimiento que puede interferir con la fisioterapia y rehabilitación, y ayuda a motivar al adulto mayor a cuidar su salud y recuperar su autonomía.

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