Consejos para el cuidado de las varices

Quién no quisiera envejecer sin arrugas, sin piel flácida, sin canas o caída de cabello, sin estrías, celulitis o várices, quien no quisiera cumplir años sin que se nos notara el paso del tiempo.

Muchas veces nos imaginamos que la salud radica en no tener enfermedades, en despertarse sin gripa, tos, diarrea, glaucoma, etc., sin embargo no concebimos la salud como una serie de actividades diarias que nos ayudarán a mantenernos si no completamente jóvenes, sí con un cuerpo más íntegro.

Muchas partes del cuerpo sufren al pasar el tiempo, pero en ocasiones, las más golpeadas son las piernas, más si llevamos un ritmo de vida muy acelerado en donde nos movamos mucho, caminemos o pasemos mucho tiempo de pie. Las várices son una muestra de este maltrato eventual que sufren nuestras piernas. Como lo sabemos, las várices son venas inflamadas venas que no solamente lucen mal, sino que también son dolorosas si no les damos el tratamiento indicado pudiendo convertirse incluso en un problema más grande conocido como varicosis.

Es importante cuidar las piernas durante toda nuestra vida y no esperar a preocuparnos por su salud en la tercera edad. A continuación algunos consejos para evitar el molesto dolor de piernas que las várices nos ocasionan.

Es importante aumentar la compresión en la zona de las piernas, en todas ellas, por lo que es recomendable utilizar medias elásticas o mallones que le den un buen soporte a nuestras piernas, ayudando a una buena circulación, algo que podremos sentir en el alivio y la falta de pesadez en las piernas.

Poner las piernas en alto es excelente para ayudar a la circulación en las mismas, recostarnos con las piernas recargadas en algo alto es una buena manera de ayudar a nuestro cuerpo a mejorar su aspecto y la sensación.

Recargar nuestras piernas sobre la pared es una excelente idea que al momento nos va a hacer sentir un alivio en las cansadas y pesadas piernas de alguien que pase mucho tiempo de pie. Algunas personas optan por inclinar su cama en la parte de los pies para que toda la noche se mantengan en alto y circulen bien, logrando que la sangre no se concentre en la parte de las piernas, sino que corra por todo el cuerpo.

Masajear y mover las piernas son excelentes ayudas, ya sea que nosotros mismos lo hagamos o le pidamos a alguien que lo haga, los masajes nos ayudan a la buena circulación y el movimiento ayuda a que la sangre fluya rápidamente por las venas.

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