Poder moverse libremente, sin dolores, tronidos o preocupaciones por cuánto va a doler después, es prácticamente un lujo cuando llegamos a la tercera edad, los movimientos fuertes son preocupantes y el dolor es una inquietud presente casi en cualquier momento del día. Muchas enfermedades de las articulaciones que causan dolor nos pueden atacar y no solamente en la vejez, muchas de ellas empiezan con malos hábitos en la juventud y en algunos casos incluso por herencia. Pero no hay que preocuparse ya que hoy en día hay muchas terapias que nos pueden ayudar tal vez no a revertir la enfermedad pero sí a hacerla menos dolorosa y más llevadera.
Una de las enfermedades que efectivamente ataca más a las articulaciones de adultos mayores es la artrosis, la cual en su estado más avanzado puede llevar a la inmovilidad, ya que desgasta el cartílago de las articulaciones hasta eliminarlo casi por completo. Pero ¿cómo saber si tenemos artrosis? Los síntomas incluyen en su fase primaria, dolor al moverse, ya sea de estar sentado a levantarse, dolor al caminar o después de hacer ejercicio. Después, en una fase más adelantada de la enfermedad, el dolor se va dilatando hasta ser casi constante ya que llegamos a sentirlo incluso estando en reposo y después del mismo.
Pareciera ser que la única solución a este problema degenerativo son medicinas o caros y largos tratamientos médicos que terminarán por hartarnos y algunos hasta hacernos más daño que bien. Por suerte hoy en día vemos un ascenso en las terapias alternas, ya no es tan arriesgado ni tan controversial echar mano de otras opciones a parte de las medicinas alópatas que a veces ayudan y a veces no.
Apiterapia es una terapia que a base de piquetes de abeja viva, nos ayuda contrarrestar varios problemas del sistema inmunológico, dándonos ya sea más tiempo antes de que la enfermedad llegue a su etapa máxima o en algunos casos revirtiéndola por completo sin necesidad de ningún medicamento que dañe nuestro hígado.
Pero ¿cómo los piquetes de abeja me van a ayudar a sentir mejor? Es sencillo, con la artrosis, el cartílago se desgasta por la falta de producción de colágeno, sin embargo, aunque sea poco, durante toda nuestra vida producimos cierta cantidad naturalmente, la que en ocasiones no se puede absorber correctamente por la enfermedad. Con la apiterapia, al picar la abeja, provoca que nuestro sistema se concentre en eliminar el veneno de la misma del cuerpo y permite que nuestras articulaciones se regeneren completamente, siendo una especie de auto curación.
Así que ahora ya lo sabemos, artrosis no significa el fin de la vida móvil.