¿Cómo cuidar los pies de adultos mayores?

Con el envejecimiento llegan cambios fisiológicos en la piel, que conllevan la necesidad de brindarle cuidados más precisos especialmente en los pies, que soportan toda la carga de su cuerpo. En cada paso que damos, las personas ponemos el doble de nuestro peso en los pies, dato que nos indica el nivel de estrés que sufren.

En los adultos mayores, los cambios en la piel conllevan una pérdida de tejido adiposo en la planta del pie, que actúa como amortiguador natural, por lo que es común que sufran de dolores y cansancio después de permanecer parados o de caminar mucho tiempo.

Los pies son estructuras con 28 huesos que se unen mediante 33 articulaciones y más de 100 tendones, por lo que la artrosis, que es un padecimiento frecuente en la tercera edad, tiene importantes efectos en los pies. Por su parte, la diabetes también ocasiona problemas podológicos de gran importancia; por un lado, la disminución del flujo sanguíneo dificulta la cura de cualquier herida, y por otro lado la disminución de la sensibilidad incrementa el riesgo de una úlcera al no notar lesiones causadas por el calzado, o por factores ajenos como una piedra adentro del zapato.

Ahora bien, es importante cuidar los pies de los adultos mayores en las siguientes áreas:

  • Hidratación diaria. Es importante el baño diario con su respectivo cambio de ropa limpia para mantener alejadas a las bacterias, pero también es recomendable usar cremas hidratantes, ya sea de origen natural como la manteca de karité o el aceite de coco, o bien, fijarse que contenga productos como Trietanolamina al 85%, que ayuda a mantener la humedad en la piel.
  • Tratamiento de posibles hongos en la piel. Con la edad, las defensas naturales disminuyen y provocan mayor sensibilidad a microorganismos como los hongos, por lo que es recomendable aprovechar los beneficios del Triclosán y utilizar crema, talco o lociones en el calzado para evitar la aparición de hongos o combatirlos.
  • Tratamiento de callosidades, durezas o uñas encarnadas. Una pequeña lesión, como un callo en la planta del pie, puede convertirse en un problema mayor si no se trata. Exfoliar los pies con crema, limas o piedra pomex ayudará a ablandar la piel endurecida y la crema la hidratará para que recupere su suavidad. Por su parte, las uñas encarnadas pueden causar mucho dolor e infectarse si no se retiran a tiempo.
  • Plantillas de gel. La plantilla compensa la pérdida de tejido adiposo, aporta estabilidad y reparte la presión en la planta del pie para que no recaiga en una sola zona y provoque dolor y callosidades.

Los pies son las estructuras que soportan todo nuestro peso y nos llevan a todas partes; sin este apoyo, otras partes del cuerpo como la rodilla, cadera o columna pueden ser afectadas y ocasionar dolor, deformación y padecimientos que pueden prevenirse con los cuidados mencionados y una visita oportuna con el médico.

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