Síndromes geriátricos de los que hay que tener cuidado

Por: Isabel Gonzalez Tellez

Cuando nos encargamos del cuidado del adulto mayor, nos ocupamos de diferentes aspectos, desde sus consultas hasta su higiene, por lo que suele ser un reto convivir con ellos y mantenerlos contentos y saludables. Con la edad existen algunos síndromes que pueden afectar la nutrición del adulto mayor, su estado de ánimo y de salud, ya que pueden complicarlas enfermedades que ya padecen o propiciar nuevas, por lo que debemos conocerlos y saber cómo actuar.

  • Síndrome de la decaída o declive

Se caracteriza por la pérdida progresiva de las capacidades físicas, ya que el adulto mayor comienza a perder la energía y resistencia frente al estrés, se manifiesta en forma de fragilidad y puede llevar a la persona a la discapacidad o dependencia funcional. Evitar el sedentarismo y tener una alimentación balanceada es fundamental para evitar este síndrome, ya que mantener la masa muscular es fundamental para tener fuerzas para moverse y seguir realizando las actividades cotidianas por sí mismos.

  • Incontinencia urinaria y fecal

La pérdida involuntaria del control de los esfínteres es uno de los principales síndromes geriátricos ya que causa gran impacto en la salud y bienestar tanto del adulto mayor como de sus cuidadores. Prevenir este trastorno es posible tratando las enfermedades asociadas, ya que algunos medicamentos pueden provocar la incontinencia, que además puede deteriorar la vida social y la autoestima del paciente, ya que tienden a aislarse y a sentir depresión y vergüenza.

Es importante llevar a nuestros adultos mayores con médicos especialistas (geriatras) para que atiendan sus enfermedades, ya que algunos medicamentos pueden dañar sus riñones; además, la pérdida de orina puede ser inducida por otros factores como el estrés, por lo que se recomienda la intervención de un experto.

  • Estreñimiento

Muchas veces se debe a enfermedades, otras a una alimentación inadecuada; el estreñimiento es uno de los síndromes geriátricos más comunes, con complicaciones graves para la salud y calidad de vida del adulto mayot.

  • Síndrome de Tourette

Un trastorno neurológico caracterizado por síntomas que se presentan de forma involuntaria y van desde tics hasta un comportamiento social inaceptable como emitir sonidos, palabras o frases obscenas o inapropiadas, repetir las palabras de otros, hacer muecas, gruñir u olfatear a otros. Si bien este síndrome no es único en el anciano, ya que también se presenta en niños, puede casarles graves problemas de salud y sociales, ya que pueden ser expulsados de su trabajo o de reuniones por su falta de control.

  • Caídas

Un síndrome frecuente en mayores de 60 años que reduce la funcionalidad, calidad de vida y movimiento del adulto mayor; las caídas pueden llegar a ser tan graves que tengan como consecuencia la dependencia del anciano y la necesidad de ser asistido o institucionalizado para recibir cuidados especiales.

La obesidad es un factor de riesgo para la aparición del síndrome de caídas, por lo que se recomienda una vez más la alimentación saludable y la actividad física para prevenir el sobrepeso y las enfermedades que este conlleva.

  • Escaras

El síndrome de escaras consiste en lesiones ulcerosas en la piel ocasionadas por la presión continua y la falta de movilidad durante un tiempo prolongado; va desde el enrojecimiento de la piel y ampollas hasta la formación de tejidos duros, secos y negruzcos en la piel, que se desprenden solos y dejan tejidos ulcerosos.

Este síndrome se presenta en las personas confinadas a la cama o silla de ruedas como consecuencia de la inmovilidad causada por enfermedades. Sin embargo, la mala nutrición, la incontinencia, el tabaquismo y la diabetes también pueden provocar esta situación, ya que la regeneración epidérmica es más lenta en el adulto mayor, perciben menos el dolor, presentan adelgazamiento de la dermis y pérdida del colágeno, tejidos elásticos y ácido ascórbico.

Se recomienda vigilancia constante a los adultos mayores confinados por la inmovilidad, a los aquejados por diabetes y a los obesos, que pueden requerir ayuda para su higiene personal.

  • Síndromes demenciales o cognitivos

Se caracterizan por un deterioro progresivo de las habilidades intelectuales en forma progresiva y variable. Suele presentarse pérdida de memoria más una de las siguientes habilidades: lenguaje, juicio y/o ánimo; cumpliendo un período mínimo de 6 meses, sin presentar alteraciones de la consciencia.

  • Inmovilidad

Muchas son las causas de que un adulto mayor permanezca inmóvil, desde el dolor y rigidez característicos de la osteartritis hasta discapacidad causada por accidentes cerebrovasculares. Es importante determinar la causa de la inmovilidad y buscar un tratamiento, que puede ser desde medicina, calzado especial, adaptación del hogar con tubos especiales para que el adulto mayor pueda apoyarse, hasta terapia física u ocupacional para recuperar el movimiento articular.

  • Depresión

Un trastorno de primer orden y trascendencia dentro del abanico de enfermedades del adulto mayor; se caracteriza por sensaciones persistentes de desesperación, abandono, concentración pobre, carencia de la energía, insomnio o hipersomnia, pérdida del apetito y disminución del peso corporal y tendencias suicidas. Es importante mantener un permanente estado de alarma que permita su detección, para abordarla con los tratamientos disponibles.

Muchos adultos mayores se deprimen como consecuencia de sus enfermedades -o de los medicamentos suministrados-, pero otros se deprimen a causa de la pérdida del trabajo o de sus seres queridos; un anciano deprimido suele perder la motivación para su autocuidado, por lo que suelen aislarse, dejar de comer, dormir demasiado o sufrir de insmnio, presentar un estado de ánimo desagradable, aislamiento social e incluso la falta de adherencia a sus medicamentos, lo cual puede provocar daños severos a su salud. Los suicidios son más comunes en los adultos mayores que en los jóvenes a causa de la depresión.

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